miércoles, 3 de junio de 2009

Señales y Coincidencias

Me lo habían contado decenas de personas en varias oportunidades, pero preferí no creer en nada. Al final terminé estrellado en la pared, como un huevo aplastado y esparcido por todo lo alto y ancho.


En realidad prefería sentarme mirar por la ventana; desde hacía dos décadas era lo único que me importaba hacer. Así pasaba la mayor parte de los días. Cuando hacía frío, ponía una manta sobre mis rodillas, cuando hacía calor pedía que me lleven un vaso con limonada y hielo que bebía con sorbos pequeños para que dure lo más posible. Me avergonzaba pedir otro vaso con el temor que me lo nieguen.


Era el veintitrés de mayo y aquel día dejamos de hablar. Digo, de hablar normalmente, como lo hacen las personas normales, uno frente al otro, cada uno abriendo la boca y pronunciando palabras que en aquel tiempo para algo debían servir. Comenzamos a utilizar otros medios. El MSN fue el primero. Luego utilizamos señales u objetos que dejábamos cerca de nosotros, nunca había palabras, solo objetos: un lápiz, la tapa de una botella de una marca conocida, un palillo de fósforos, un pedazo de papel arrugado, llaves, chocolates, etc., etc. Siguieron gestos con los rostros o con el cuerpo, lo utilizábamos poco pues no queríamos llamar la atención de nadie; también utilizamos señales de humo, chillidos y marcas que grabábamos en las paredes o en los muebles.


No puedo quitármela de la cabeza y cuando deambulo por las estrechas callejuelas de mi Ciudad, escucho su nombre o lo leo en las paradas de los autobuses. No sé si soy yo quien las pronuncia y las ha escrito, o ha sido alguien más, o si ya estaban allí desde antes de mi llegada. "Es mi Ciudad" pienso para comprender que nadie sin mi permiso puede intentar hacer lo que prohíba o permita. "Jazmin", escrito con espray verde; dibujado con piedras en el suelo de los descampados; una niña del mismo nombre a la que su madre llama constantemente pero la pequeña no obedece, su nombre escrito en mis venas y en mi sangre. No quiero quitármela de la cabeza.

3 comentarios:

Katy dijo...

Gracias por pasarte por mi blog y comentar(:

Y respondiendote a la pregunta si Galloso escribio eso :D fue lo MEJOR!

Saludos!

Javi dijo...

Hola George. Venía a saludarte y a decirte que busques opciones en internet para comprar o leer los títulos que te llamen la atención. Serán algo más caros, pero nada es perfecto.

Por cierto, te invito a que te pases por castillosenelaire21.com y envíes alguno de tus relatos cortos. O por lo menos dejes un saludito.

Valeria Elías dijo...

Querido G... misterioso es el destino, nos pone los nombres cerca, como insinuando la ausencia de olvido... besos