jueves, 27 de diciembre de 2012

Apocalipsis Zombi

Los zombis están de moda. Aún no he tenido la oportunidad de enfrentarme a uno cara a cara.

 

Mi primer encuentro con los zombis fue con la película "El Regreso de los Muertos Vivientes" (si recuerdo bien, la película tenía un tufillo a comedia), y su incansable grito lamentoso: "cerebro, cerebro…". Algo debía tener el cerebro humano que los calmaba cuando lo comían. Ojo que en aquellos tiempos sólo comían cerebros, con el tiempo comenzaron a devorar carne humana.

 

Quiero hacer notar que el título dice "El Regreso…", lo cual indica que siempre han estado entre nosotros; que están regresando.

 

De un tiempo a esta parte, los muertos vivientes han evolucionado. Por ejemplo, ahora se alimentan mejor; como dije, ahora comen carne o a todo ser vivo que encuentran en su camino -principalmente humanos. Es que en estos tiempos no estamos para desperdiciar nada.

 

También hay que tener en cuenta que el muerto-caminante no es único. Hay variedad: están los muertos naturales, es decir aquellos a quienes no tuvieron otra opción, simplemente ocurrió. Luego están los que fueron mordidos por otro zombi; entonces, entre convulsiones dolorosas y lamentos de amigos, se mueren para luego volver a la no-vida. Así también, los no-vivos-naturales tienen orígenes distintos:

 

Contaminación química. En el "Regreso de los Muertos Vivientes", todo comienza con unos recipientes con productos químicos abandonados por el ejército gringo, los cuales afectan a un par de despistados. Tal vez los productos tenían algún rollo sobre la creación de súper soldados (típico de los gringos). El hecho es que la plaga se extiende. Y de pronto, es hora de correr y luchar.

 

Enfermedad. En el videojuego "Resident Evil", la Corporación Umbrella diseña un súper virus el cual es propagado (quizá intencionalmente), diezmando la población mundial en cuestión de días. Los muertos asaltan las ciudades y a cuantos hombre mujer o niño se cruce. Hay que luchar y correr.

 

Ahora mismo que leo la saga "Juego de Tronos" y descubro que "Los Otros", aparentemente, resultan ser zombis. No cabría otra explicación luego que dos hombres que yacían muertos por varios días se levantan y atacan a un gran Señor de "La Guardia de la Noche". Es necesario prenderles fuego y cortarles la cabeza. A los zombis, no a la Guardia de la Noche.


Cómic. También existen versiones zombis del Capitán América y toda la legión de Marvel.

 

Recuerdo que en el colegio teníamos un amigo de apellido Arévalo, alto, tan flaco y tan feo que le decíamos "muerto fresco". Cuando jugábamos pelota, verlo correr era la risa "cerebro, cerebro…", le gritábamos. Pienso en él como si fuera un zombi. Pero no puede ser, quiero distraerme. Enciendo el iPad y resulta que por lo menos la tercera parte de mis juegos contienen temática zombi. Hay que ametrallarlos, atacarlos con espadas o hechizos, hay que construir defensas para contenerlos, hay que sembrar plantas…

 

La siempre sabionda Wikipedia me dice: "Un zombi es, originalmente, una figura legendaria propia de las regiones donde se práctica el culto vudú. Se trata de un muerto resucitado por medios mágicos por un hechicero para convertirlo en su esclavo. Por extensión, ha pasado a la literatura fantástica como sinónimo de muerto viviente y al lenguaje común para designar en sentido figurado a quien hace las cosas mecánicamente como si estuviera privado de voluntad."

 

Hace unos días hubo una caminata zombi. ¡¡EN LIMA PERÚ!!:

 

La iconografía de rock pesado –como en Iron Maiden-, está lleno de zombis.

 

Anoche la pasé mal, estuve viendo la segunda temporada de "The Walking Dead". Me acosté muy tarde, me arden los ojos y siento que el cuerpo se me desbarata. Estoy hecho un zombi. Ahora mismo estoy bebiendo un café tres veces más cargado de lo que usualmente tomo para exterminar mi letargo.

 

En casa tengo dos mochilas. Una para cuando nos agarre el terremoto -tantas veces pronosticado y tantas veces postergado- y otra para el Apocalipsis zombi.

 

domingo, 7 de octubre de 2012

2012


Dijeron que este año sería el fin del mundo. Lo interesante, es que en Lima hemos tenido muchos simulacros de sismo: lo más importante de todo, es mantenerse alerta en todo momento.  Un sismo puede llegar en cualquier instante.

Por alguna razón, no recuerdo como inició del año, una mañana me despierto y ya estamos en el mes de agosto. Diecinueve de agosto, luego el veinte, veintiuno... ¿A dónde iremos a parar?. Yo quiero que pare, que se pare el mundo, hoy, ayer, a media noche, a las cuatro de la mañana, cuando sea.  En cualquier instante, que se detenga.

Estoy saltando al vacío; no es un sueño. Caigo. Luego, dos hombres caminan junto a mí. Uno de ellos es cura, me lleva a una iglesia. Yo no quiero entrar. Entro. Hacia el fondo hay gentes rezando, convulsionan al rezar. Pero yo no siento miedo, no siento nada. Me llevan a una habitación donde hay una hilera de camas, perfectamente ordenadas. Me dicen que sí siento necesidad de convulsionar, que lo haga sin temor "aquí todos estamos para ayudarte".

Yo lo que siento es mucho cansancio, pero no quiero dormir, sigo mirando a la gente convulsionar. Quiero irme. El sueño me derrota. Por fin abro los ojos y miro el reloj, son las 1:34 de la tarde. Dónde se ha ido el tiempo. Dónde los días. Quiero que pare, que pare en cualquier instante.

martes, 25 de septiembre de 2012

Quizá

A veces no sé qué decir, A veces pareciera que estoy en otro lado.
Aveces pienso que estoy en otro lado.
Del otro lado de las sombras, del otro lado de los abismos.
Como quien espera el silencio.
Como quien se conduce por una carretera vacía, Como quien dice una palabra. Como quien habla con la mirada con la sombra.
Y entonces...
A veces no sé qué decir. A veces pareciera que no estoy diciendo nada. Y de la penumbra surge un cuerpo. Las alas de un ángel, el rostro de un niño. Entonces...

miércoles, 8 de agosto de 2012

Viaje

Princesa viste un vestido celeste, pero hoy, poco le importa cómo va vestida.



La calle se abre ante ella como si no tuviese final. Tal vez piensa que debería dar media vuelta y regresar a su casa, meterse nuevamente a la cama y olvidar que está a punto de comenzar. Pero no lo hará, muy en el fondo de ella misma sabe que debe continuar.



"Avenida de los Álamos", de denomina aquel lugar. Da un paso. Un perro aullando. Un hombre enciende un cigarro, la luz roja le ilumina la cara "a dónde vas...", le pregunta sin mirarla. Princesa no responde, se queda mirándolo "esta camino no pertenece a nadie..." dice por fin, "no pregunté eso, sino que quiero saber a dónde vas. Quizá quiera ir al mismo lugar". Princesa piensa otra respuesta "no tengo por qué darte explicaciones". El hombre sonríe, "como quieras, entonces sigue adelante...".



Princesa avanza sin quitarle los ojos de encima, el hombre también la sigue con la mirada. Es un duelo de ojos, ninguno de los dos quiere perderlo. Así es que Princesa llega a lo que cree es la mitad de la avenida. Por fin siente la certeza de que ha comenzado un hermoso viaje.


miércoles, 1 de agosto de 2012

Asunto intrascendente

El asunto que esperaba llegó como cuando uno se despierta por la mañana. No se es consciente que ya se ha despertado. En un instante, se tienen los ojos abiertos bajo la manta, se siente tibio y dan ganas se continuar recostado, entrecerrar los ojos y tratar de continuar soñando.

 

Es decir, el asunto no tiene nada que ver con continuar descansando. No. Sino todo lo contrario. A cada paso que daba sentía caer las bombas, y explotar rabiosas a su alrededor, salpicando tierra y restos de personas muertas por todas partes. "Pronto me tocará", pensaba. Pero se armaba de valor para seguir dando pasos. A cada instante (que le parecían horas) apretaba el gatillo de su arma, el cual escupía las municiones. Las imaginaba salir veloces y felices al encuentro de cuerpos vivos para arrancarle un poco de piel, un dedo, o para perforarles el alma y acabar con su valor. El asunto iba de mal en peor.

 

Se dio cuenta que estaba en el suelo, rodeado de muchos muertos. Imaginó que conocería a alguno de los chicos que yacían destripados. Aprieta el gatillo otra vez. Y otra vez el asunto mordiéndole los pensamientos "la mierda...", vociferó. Se puso en pie, le dolían las piernas y le ardían los ojos "me habrán dado...", pensó con temor, palpó su cuerpo con cuidado pero no encontró signos de daño. Prosiguió su lenta marcha con el asunto, aun perturbándole. "habré hecho bien", se preguntaba, "...hice bien", se respondía para darse ánimo.

 

sábado, 21 de julio de 2012

Wonderland

Una horda de conejos ha invadido los sueños de Paola. Aveces piensa que se despertará pronto, pero sus sueños son agotadoramente extensos.

Cuando corre, los conejos la siguen. Aparecen de pronto rodeándole y quitándole todas sus salidas de escape. Alguno le habla, le dice que no despertará hasta dentro de una hora, que se tranquilice, que pronto todo terminará.

Quien parece ser el líder (se le distingue porque es quien lleva el arma mas grandes), estira una de sus suaves patas y con la voz que le pareció ser la más feliz del mundo, le dice "Paola, pronto querrás volver".

Entonces Paola estira los labios y le enseña la que cree es la mejor de sus sonrisas, luego le escupe lisuras grotescas e hirientes. El líder Conejo levanta una oreja y una ceja. Sonríe. Paola quiere despertar, pero los conejos le sujetan con fuerza y la obligan a mantenerse en Wolderland. Paola grita, pero nadie le oye. Su madre, al otro lado de la puerta, murmura "pobre chica, siempre ha tenido el sueño pesado".


martes, 24 de abril de 2012

fuiste tu


entonces siento miedo.

miedo de volver a equivocarme, de no saber si esta vez será lo correcto, de no poder volver atrás, de olvidarme y de olvidarte, de volver a decir lo indecible, de volver a perderte y a perderme.

entonces es cuando me sumergo en las pesadillas, porque ahí todo es posible. el miedo es un elemento decorativo de las noches, una sombre que se diluye como una melodía lejana, o como el aullido misterioso de los perros. como el hambre que devora a los coyotes.

luego, no hay más miedo, sino apenas una mancha en el pantalón.

jueves, 19 de abril de 2012

breves


Entonces, lo primero que suelo pensar es que el amor es una estafa, un engaño inventado por alguien para...,  y justo ahí se detienen mis pensamientos.

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Cuando anochece, aparecen las típicas sombras. Sombras que se crean por la luz artificial de los faroles, de las velas que iluminan mi casa. Entonces la música se pone cómoda a mí alrededor.

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Ruido. Música. Sueños interrumpidos, así son las noches en este país.



miércoles, 28 de marzo de 2012

enemigos

estoy seguro que uno de los dos debe ser el enemigo, o tú o yo. así tiene que ser porque ambos no podemos tener la razón ni ambos podemos estar equivocados. son demasiados años de guerras y de muertes y de reencarnaciones: uno de los dos debe ser el enemigo, o tú o yo. estoy seguro.


miércoles, 8 de febrero de 2012

Hoy


He muerto de una piedra lanzada por quién sabe.
Pero quien sabe lo sabe, por eso lo hizo. Sus razones no importan.
Ahí estoy, tendido boca abajo, no puedo ver quienes están mirándome. Al parecer alguno se ríe, pero ninguno se lamenta.
En aquel momento me parece el final perfecto, pero, ojalá alguien me llorase o alguien diga una palabra agradable.
La palabra que me gustaría escuchar en este momento es: levántate y vayamos a tomarnos un café.
Solo escucho murmullos, silabas inteligibles o palabras inconexas.
De pronto me ha entrado un sueño tremendo, estoy bostezando, lo sé porque tengo la boca abierta.
Y me quedo dormido.

miércoles, 25 de enero de 2012

Breve

Ha sido breve. Una pequeñísima historia de amor.

Primero caminamos hasta el restaurante, luego pedimos la cena.
- Deme dos cafés, una empanada y una torta de chocolate.
- Sí señor.
Dos horas más tarde, el amor nos contenía como si fuésemos dos bestias salvajes, aullando, mordiendo, rasguñando, destrozándonos los corazones.

domingo, 15 de enero de 2012

sigue tal cual...


Yo: Solo bebí una copa de vino, lo juro

Otro yo: pero hoy volverás a tener pesadillas

Yo: apenas fue un sorbito

Otro yo: ya no le tienes miedo a las pesadillas

Yo: si... digo, no, es que.... de tanto ver sueños extraños he terminado acostumbrándome

Otro yo: entonces también deberías tragarte tus pasitllas

esa noche, cuando por fin logró cerrar los ojos, no soñó nada. pas pastillas jugaron en su contra, se burlaron de él anulándole los sueños. todavía recorba su último sueño: Iba en el omnibus, intentaba concentrase y recordar a dónde estaba yendo, pero veía las calles medio vacias, lo cual se le hizo extraño, entonces pensé que  debía ser un sueño, pero apenas pensó aquello, abrió la boca en un inmenso bostezo el cual le fue nublando la visión. así se quedó dormido y tuvo el sueño más raro que hasta ese momento podía recordar.

Yo: entonces?, qué harás?

Otro yo: lo de siempre - dijo el otro con el tono de su voz llorosa.

Yo: está bien, pero no es para tanto - le respondí tratando de calmarlo.

miércoles, 4 de enero de 2012

Silencio

La Paz es un asunto tan raro.

 

Nunca hay nada que decir.

 

-       Otra vez te vas a quedar callado... – protesta Novia.

-       Bueno, nada, es que justo ahorita todo va tan bien que para qué malograrlo con palabras.

-       Ay, qué aburrido que eres...

 

Terminamos de almorzar. Caminamos por la Alameda. El verano ya ha comenzado, el sol brilla poderoso en lo alto y su luz se filtra por las ramas de los árboles, el ambiente es calmado, no hay muchas personas paseando, casi somos los únicos paseando. Caminamos lento, mirándonos de vez en cuando. Intuyo que Novia espera que le diga algo, cualquier cosa, pero no se me ocurre nada. En este instante, solo quiero seguir caminando. El tiempo es fresco, el viento alborota las hojas secas.

 

-       Por qué nunca me quieres contar nada... – pregunta Novia molesta.

-       ... es que no hay nada que contar...

-       Por qué serás así, no es tan difícil decir lo que uno piensa. Aunque, claro, cuando abres la boca solo es para quejarte. No sabes hacer otra cosa...

-       es que...

-       és que qué... ya vez... ni siquiera así dices algo. ¡Habla!

 

Pero Novia da la vuelta y se va. Sé qué debo correr tras ella, pero lo haré el día de mañana. La Paz es un asunto tan raro. Nunca hay nada que decir.

 

Nunca.

 

sábado, 31 de diciembre de 2011

2011


Enero inició cruel: comenzó con sangre.

La casa vacía fue mi cómplice, uno de los platos voló con la excelente puntería de aterrizar en mi mano. La sangre brotó desde mi piel rota y corrió aguada por todo el fregadero, ardiéndome a la mitad del dedo anular, tiñendo el lavadero de rojo pálido, convirtiendo el atardecer en sangre. Solo me quedé observando como la piel se había arrugado, veía un cráter del cual emanaba el líquido viscoso. Sentía el latir de la sangre fluyendo. Con los dedos de la otra mano alargué la piel hasta cubrir el agujero de la herida. Luego la vendé.

Así comenzó enero.

Además de las pesadillas está el hecho de dormir poco, el de despertar a cada instante como respondiendo a un llamado. Una voz que está siempre cerca, y que proviene de todas partes y de ninguna. Abrir los ojos, buscar la voz, cubrirse el rostro con las sábanas, por centésima vez.

Interminables noches de desasosiego, me llevó a conseguir un cuaderno azul, el cual garabateo con entusiasmo y obsesión. Aun nadie ha visto aquellos trazos, pero imagino que cuando lo hagan preguntarán en qué estaba pensando o qué quiero decir con alguno de ellos, o con alguna de las frases que le acompañan.

Un daño colateral a esta falta de descanso es que no dejo de ver insectos por todas partes, no importa donde esté, o con quienes: siempre veo insectos caminando sobre las mesas, al rededor de los libros, cerca a los platos, junto a la computadora, siempre que vuelvo la vista, corren a esconderse y jamás los encuentro. Entonces rocío veneno en todos los rincones de la casa, en cada escondrijo, en cada grieta donde puedan esconderse: la casa huele a muerte.

Comencé a escribir una historia que se supone la presentaría a un concurso de Novela. La llamé “La Delgada Línea”. Debía ser una historia con harto humor, pero el humor no se me da bien, aún así creo haberlos logrado en algunas partes, otras son un asco. Luego, abandoné el proyecto. Hay tantas ideas que aparecen. Hay tanta historia sueltas por allí esperando ser encontradas. Hay tanto loco suelto por las calles.

Doctor ha comenzado, nuevamente, a insistir en formar una banda de rock and roll. Pienso que si tuviera una banda la llamaría “Ruido Blanco”. Pero no creo que formemos ninguna banda de nada. Ninguno de los dos canta, ninguno de los dos sabe suficiente de música, yo apenas logro sacar un par de canciones en la guitarra acústica. Doctor no tiene una batería. Él prefiere un tipo de música demasiado opresora y oscura, demasiado destructiva, yo prefiero algo un poco más armónico y rítmico, pero ruidosa y agresiva.

Doctor no se da cuenta que la formación de esta supuesta banda es solo un sueño, un medio de escape cuando el estrés nos aprisiona y el barullo de los días nos agobia. Lo curioso de todo es que para hacer rock and roll no se necesita saber mucho de música, ni de saber cantar, solo oler el espíritu adolescente. Solo tener entusiasmo. Estamos viejos.

En tanto, se me ha ocurrido escribir una historia sobre una banda la cual se llamará, obviamente, “Ruido Blanco” y como otros proyectos, éste también permanecerá en silencio.

Mi novia (que en realidad no es mi novia), se ha quedado en casa en dos ocasiones. Ha sido divertido volver a despertar con alguien al lado. Aunque haya sido breve la relación, me ha servido para distraerme, para conversar con alguien que no sea un objeto de mi imaginación.

Cuando ella llega, el portero le mira con atención, “míster, tu flaquita?”, me pregunta con libidinosidad, “que quieres chochera... ”, le he respondido, “vete a la mierda” es lo que he pensado.

Pero a fines de mayo ya todo había terminado. Aquel fin de semana estuve de permiso, Ex me ha despertado muy de mañana: "ya me tengo que ir...", dijo, "está bien, pero cuando volverás..., mañana?". Respondió algo que no le escuché, pero yo sabía que ya no regresaría.

Desde hace un par de años nos habíamos perdido el rastro. Durante todo ese tiempo no he querido saber detalles, para qué..., de qué me habría servido saber nada. A veces, ignorar las cosas nos haces felices... o falsamente felices.

Mayo ha sido un mes extraño. Me han dolido demasiado las piernas, como si estuviera en cuclillas todo el tiempo, como si me hubieran pateado en las rodillas, o como si el peso del mundo me estaría doblando en dos.

Ex, antes de irse, me ha dicho, también, que estoy demasiado delgado, “estás más flaco de lo que te conocía, ¿has perdido peso?. De repente deberías ir con un doctor...”, pero ahora, justo ahora, es cuando me siento más fuerte.

Alfin me he mudado.

Es el último piso de un edificio inmenso, altísimo, donde apenas escucho a personas hacer ruido. Aun así, siempre despierto de mal humor, odiando el mundo, odiando todo lo que se me cruza, odiando todas las palabras que escucho, todos los gestos que quieren tener conmigo personas hipócritas y sin vergüenzas. Odio todos los malditos días, esta vida de mierda, aprieto play al mp3 y me desconecto del mundo, apago un poco el cerebro y me dejo caer al abismo de las melodías.

La primera vez que dormí en la casa nueva, sentí que el edificio entero se estaba cayendo de lado. El viento del invierno golpeaba con fuerza las enormes ventanas. Y el vértigo, el delicioso vértigo devorando mis tripas...

Doctor ha llamado, vuelve a insistir en formar la banda.

Ahora he comenzado con la lectura de “Las Crónicas del Lobo Blanco”. Qué mejor escape que una buena lectura, es la historia de Elric de Melniboné, el último emperador de Ymrryr, la ciudad Bella.

Y mientras avanzo leyendo, comienzo a darme cuenta que los recuerdos son solo eso: recuerdos, que si no hacemos que nuestros “dones” se desarrollen, se perderán o se estropearán.

Habría un concurso de novela gráfica. Entonces se me ocurrió la idea de participar. Comenzaría otro proyecto, pero este sería diferente pues contaría con la ayuda de alguien que dice saber dibujar:

- Habla, lo hacemos? - le pregunté y contestó que sí.

“Chévere pz, al toke nomás”, me dijo, “como en los viejos tiempos...

Le dejé libros para que los estudie, pero nunca hicimos nada. Apenas unos muy malos bocetos los cuales, finalmente, se perdieron. Una horrible sensación de vejez me cogió desprevenido: Yo no quiero ser así, es decir, como las demás personas, nunca en mi vida quiero ser así: saber si tal o cual equipo ganó no sé qué copa o si Magaly ampayó a no sé quien, o enterarme de noticias estúpidas. Yo quiero utilizar, todo lo que me sea posible, el cerebro, seguir pensando hasta que se me caiga la cabeza al suelo de tanto pensar. No quiero que se me estropeen los pocos dones que todavía me quedan.

Flaca y Tío se casaron, finalmente.

El gordo y yo viajamos al Sur para la celebración: pequeña y simpática, los niños entonando canciones religiosas, de esas que siempre provocan entusiasmo y felicidad en quienes las escuchan. Luego cruzamos la avenida y entramos al local de la fiesta. Qué pena que poca gente fue, de haber ido más, habría sido un juergón. Pero la pasamos bien.

Las fiestas, para mí, siempre han sido un problema: Imagina por un momento que tienes un amigo de la parte más exótica de Asia. Un día te invita a su casa almorzar y sirven toda clase de insectos y reptiles que nunca habías visto. Así me siento cada vez que soy invitado a una fiesta. “No es nada personal, el problema soy yo”.

Fin de mes: Por fin vacaciones. Aun así, trabajé en casa, nada grave ni urgente, pero trabajo, al fin y al cabo.

Estuve enfermo cinco días, no sé que fue, un poco de fiebre, un poco de nauseas, sin apetito. Una sintomatía un poco rara, me sentía mal, pero no tanto como para tumbarme, pero tampoco lo suficientemente bien, como para hacer los deberes.

Compré un pliego de papel de molde blanco, escribí allí mi obra monumental.

La verdad es que había dejado las medicinas. Un día de desperté y me dije "G, no es posible que sigas así, deja esas capsulas...", y las deje. Por eso estuve enfermo tanto tiempo.

Desde hace unos días estoy de vacaciones (es la segunda semana de las dos semanas anuales que me corresponden por vacaciones): Pocas personas recuerdan que hoy es mi cumpleaños. Una persona me llamó para preguntarme si era mi cumpleaños y luego me saludó. Otra persona llamó para pedirme un favor “y aprovecho para desearte un feliz cumpleaños...”, luego recibí dos mensajes de texto. Son las 11:59 pm, por fin el puto día se ha terminado, por suerte nadie más se acordó ni escribieron al facebook. Ha sido uno de los mejores días de este año de mierda.

El Búho nunca ha festejado su cumpleaños, esta vez lo festejamos. Me tomé tres chilcanos, mi cuerpo pedía más, tuve que entrar al baño a echarme agua y pensar un poco: “no más trago, no más trago, no más trago...”. La fiesta acabó temprano; en casa, nuevamente me cuesta dormir, lo peor (siempre tendré que repetirlo) es sentirse agotado.

Este año fui a tres fiestas (creo recordar que solo han sido tres). En las fiestas hay que reírse demasiado. Yo no quiero reírme, no me provoca. Ahora mismo la risa se me antoja una de las expresiones más falsas que te pueda imaginar, todos se ríen: dicen algo (risas), hacen algo (risas). A mí me hace reír la ironía.

La tercera fiesta fue en casa de la Señora, fue su cumpleaños. Llegué con la Morena, solo bailamos una canción. Pero en realidad lo que me gustó fue bailar con la Flaca: bailamos salsa. Yo no bailo salsa, tampoco ella (fue tan obvio realizar aquella danza improvisada y descoordinada, y eso fue lo que lo hizo divertido. Mientras trataba de soltarme de sus brazos ella me seguía el “ritmo” y daba vueltas y vueltas.

Debo reconocerlo, la Morena es un chica guapa, aunque a veces pienso que tiene dentro una bronca o un no sé qué, que no puedo entender. Quizá por eso suele ser un poco esquiva, su cordialidad me parece un poco seca.

Y, asi pues, la vida continúa con su propia dinámica enfermiza y descorazonada, su propia manera de enredarnos en con sus absurdas comedias y su insípida esperanza. Pero así es la vida, de otra forma no lo sería.

Soñé: Es una habitación, algunas estructuras metalicas me rodean, las paredes son transparentes, puedo ver hacia fuera, pero nadie puede verme aquí dentro. El sol es brilloso, el calor es intenso, me ubico debajo de una ducha, el agua se desparrama por el suelo. Me esfuerzo en abrir los ojos. Fuerza. Despierto.

Amanece, es otro año.


jueves, 13 de octubre de 2011

pesadilla uno



Soñé que mataba un hombre. No a cualquier hombre, sino a alguien muy cercano. En el sueño, él era un amigo.

Si quieren relacionarlo a la realidad, poco tendría que decir.

Amanecía, a la puerta de mi casa llamaba la policía, pero yo aun no sabía que eran policías. Me levanto de la cama, muy agotado, camino por la sala, entre desórdenes varios: no presto atención a ninguno de los objetos bajo mis pies; tampoco al líquido pegajoso que retenía mis pasos. Abro la puerta:

-       Señor George.
-       Si...
-       Venimos a llevarlo...

Los sueños también son caóticos, desordenados y viscosos. Horas, quizá días o semanas después, estaba preso, acusado de matar a una persona. Vagamente recordaba una pelea y un disparo. El disparo con el que debí haberle matado.

A Julio lo encontraron recostado en el sofá con una bala en el estómago, desangrado. Los vecinos habían escuchado ruidos de una pelea y luego el estruendo del disparo. La mayoría de los testigos había declarado en mi contra; el resto, prefería no opinar.

-       Es un hombre violento – habría dicho uno.
-       Siempre tiene esa mirada enigmática ... – iniciaba otro
-       ... seguro oculta algo – y terminaba alguien más.
-       Tampoco le gustaban los animales, debe ser una persona muy dolida
-       De repente – y la mujer se persignaba silenciosamente.

Si, había sido yo; debía serlo. Recordaba haberme puesto en pie, haber forcejeado, haber escuchado el disparo, pero lo recordaba lejano, como en los sueños, como en las borracheras. Mientras tanto, los medios masivos hacían una feria conmigo, vendiendo mi imagen como la de un criminal frío y desalmado. Debía serlo: no solo no recordaba nada sino que no sentía ningún tipo de remordimiento o de culpa.

¡Pero todo era un sueño!, estaba soñando: por momentos sentía la respiración de Claudia, mi esposa. Pero lo sentía como el espejismo que deben ver los extraviados en el desierto, como la orilla de tierra firme que ve un naufrago en altamar. Sin embargo, me era imposible recordar.

Aunque, debo decirlo, había momentos en que abría los ojos, y sin poder moverme o hacer algún ruido, intentaba convencerme que esto era más que un mal sueño. ¡Un sueño!

-       Es un hombre malvado, le he visto...
-       Acumula malos pensamientos...
-       Es alguien muy lleno de ira y de tristeza...
-       Ha matado antes, es lo que dicen...
-       Es un monstruo
-       No queremos personas así cerca...







jueves, 1 de septiembre de 2011

café


- tu no eres ningún dios, eres un monstruo... - dijo cubriéndose el rostro. su largo cabello le caía un poco desordenado. imaginaba sus ojos aplastados por sus manos, enrojecidos por el llanto, tristes vacíos
- pero es lo que debe ser - respondí - sabía que estarías aquí, igual que muchos otros llegarán ante mi y esperarán mi juicio.


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cuando enfermó le dije que se mejoraría, que tendría que tomar sus pastillas y seguir el régimen. sonrió convencida de mis palabras. pero murió.
ahora mismo debe estar ante dios, y él le estará explicando el por qué.


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la cafetera hace un ruido molesto: son las 3:48 a.m., aun no tengo sueño.
aun no.
debo resistir un poco más de tiempo
quiero escuchar una melodía más... 

lunes, 15 de agosto de 2011

amuleto

¿quién lo hubiera creido?: pensé ser mas fuerte, creí no tener vicios ni obsesiones...
 
siempre lo llevaba conmigo, lo utilizaba poco, es cierto, pero lo sentía como un amuleto, como algo que tenía que llevar
de otra forma mi persona estaría incompleta.
 
un día lo extravié; pero debo decir la verdad, no se dónde ni hace cuanto tiempo ocurrió.
 
una tarde caminaba por la ribera de un río y, al recostarme, con cuidado para no dañarlo, vi que no estaba: palpé mi cuerpo con inquitud, luego con miedo y, finalmente, resignado, comprendí que lo había perdido.
 
desanduve mis pasos, desaté maldiciones contra todo aquel con quienes me había cruzado alguna vez "me han robado" pensé "eso malditos, eso puercos, esos salvajes... ¡lo pagarán!"
 
recorrí el mundo dos veces en su búsqueda, sin hallarlo, recorro el mundo, aun, buscándolo...

martes, 21 de junio de 2011

Monstruo

"¡¡Es una monstruo...!!"

 

Es lo que dicen. Es lo repiten en cada oportunidad.

 

"Te hará daño, te destruirá y luego se irá y no tendrás oportunidad de nada...", repiten con angustia mientras sus cuerpos atajen el mío en mi huida, y sus manos se aferran a mis brazos y por sus bocas escupen palabras y sus rostros de hinchan de rabia, "huye a dónde puedas, a dónde nadie te vea..." Gritan "Es lo mejor que puedes hacer...". Corro a donde no puedan alcanzarme sus palabras ni sus largos brazos, pero se que sus ojos continúan persiguiéndome.

 

"¡Acaso no te das cuenta!, ¡acaso eres un demente!, acaso...", y así continúan durante horas, días; así han estado durante años, inclusive. Tal pareciera que su tiempo es eterno, inacabable, ¡qué saben ellos!.

 

"No me importa", pienso; "¡y qué con ellos!, ¿acaso les debo alguna explicación?, ¿acaso comprenden mis palabras, mis sentimientos?"

 

Yo se que sin ti los días no tendrán sentido y la vida misma se convertirá en un vacío inmenso que no seré capaz de llenar con nada... un vacío tan grande que nunca será posible llenarlo... no importa cuánto griten, se que no debo escucharles.

 

Eres una monstruo, quizá, pero eres ¡MÍ monstruo!

 

Pero ellos no entienden, ahora lo sé con precisión: estoy acabando con el mundo, todas las cosas a mi alrededor se están derrumbando, los edificios se hacen añicos, las personas se evaporan o se desvanecen, las voces que de ellas salen comienzan a apagarse, a extinguirse, los libros, el aire, los árboles en la calle, todo lo que compone el mundo se va apagando. En un momento estamos de pie, riendo, jugando, disfrutando de un dulce o aventándonos al vacío con alegría, luego estamos muertos, ¿muertos?. Una mancha oscura que no puedo reconocer se posesiona de mi cuerpo. "Te va destruir, ¿no te das cuenta...?", dicen y así continúan, incansables. Yo no les escucho.

 

Solamente pidiendo un vaso con agua, te lo habría llevado feliz, lo habría hecho. Este mundo está de cabeza. Quieres deshacer nuestros vínculos, "te estás destruyendo..." insisten. ¡Qué saben ellos!

miércoles, 18 de mayo de 2011

oscuridad

mis uñas están largas, las cortaré ahora por la noche.
tengo la manía de cortarme las uñas a cada rato; no sé cómo es que crecen tanto si las corto muy seguido.
recuerdo que de niño solía morderme las uñas y los dedos.
onicofagia, se llama la cuestión esa.
 
sentí hambre y salí a comprar algo de comida
¡maldición!, otra vez un apagón.
las luces de los vehículos ciegan a los transeúntes
(odio las avenidas grandes)
 
muerdo una uña. resisto.
muerdo, otra vez muerdo...
"apúrate" pienso...
corro veloz... pero mis piernas no son tan veloces como las imaginé
"vamos, tú (yo) puedes...", me digo adentro de mi cabeza
y el golpe.
 
sigo moviendo las piernas con más fuerza
(pero en realidad se van haciendo cada vez más lentos
los movimientos)
quiero morderme una uña, justo ahí
en ese pedacito que sobresale y raspa el dedo gordo
aunque hay un poco de sangre
lo sé porque lo siento por mis manos,
llega incluso hasta mi nuca
ahí, donde se ha instalado un dolor tremendo
 
 
 
 
 
 
 

domingo, 8 de mayo de 2011

insectos

estoy muerto
lo sé.

algo siniestro, letal, rodea el aire,
las imágenes se han terminado,
las palabras.

no es necesario mirar hacia otro lado para ver a los insectos.
devorándome.