jueves, 16 de octubre de 2008

Sobre muñecos y perros

- He vuelto a autoexiliarme, varios días pasaron George, luego una semana y finalmente veinticinco días, es lo más que he soportado - dijo, se recostó en el sofá y apoyó su rostro sobre uno de sus hombros.

Me recordó un muñeco, de esos que ya no se fabrican, un muñeco de trato al que, cuando era niño, solía aventar al aire solo para verlas curiosas formas que adoptaba al caer. Mi hermano y yo jugábamos con soldaditos al que les abarrábamos una bolsa a la espalda y al caer, esta se desplegaba como un paracaídas; subíamos hasta el techo del segundo piso y desde allí los arrojábamos y los veíamos caer arrastrados por el viento. Al fin habló

- La verdad no sé que hacer, mira, siento que estoy perdiendo el contacto con este mundo, cada vez más ocurre que no puedo dormir, paso las noches en vela, pensando y pensado, pero no es cualquier tipo de pensamiento, no, es uno del que no puedo escapar...

Se hizo un largo silencio que solo se veía interrumpido por los ladridos de los perros. Alguien, alguna vez, me dijo que suelo escribir mucho sobre perros, en realidad le temo a los perros, no sé de dónde o cuándo se originó ese miedo. En varias oportunidades me ha tocado quedarme petrificado cerca de perros, incluso perros pequeños; alguna vez una enamorada mía se sorprendió que le tema a los perros.

Cuando volteé el rostro descubrí que mi amigo ya se había ido. Se exiliaría nuevamente.






2 comentarios:

La ingeniero dijo...

por eso escribes sobre ellos.. les tienes temor, oye pero no le vi cuherencia a lo que escribiste, sorry que lo diga, esque hablas de un muñeco y luego de perros.. :S
pero bueno saludos!!!!

George dijo...

eso es porque las que tienen un guion es lo que esta hablando mi amigo mientras que la que no tiene guión son pensamientos.


mm, si pues, medio confuso.