sábado, 15 de noviembre de 2008

Diario irrear, página 02

Esto no es vivir.

Esto es apenas un instante fulminante que no te atreves a cruzar, dar el paso final se ha convertido para ti en un abismo inmenso que no te atreves a cruzar, y, al contrario, lo observas fascinado y feliz pensando, quizá, que no hay más pasos que dar sino te quedas allí mirando el eterno instante.

En mi cuerpo, la camisa nueva había sudado demasiado y me sentía cansado; mi cabeza apenas si se atrevía a pensar, más bien, durante el baile, me dejaba llevar. Quiero aclarar que yo no bebo ningún tipo de licor pues me enfermo con facilidad.

Salí. 

Demasiado abrumado por los pequeños abismos que comienzan asomar de madrugada. Caminé por varias calles y el aire me refrescó el rostro; el taxi me arrastró por millones de calles y no salgo de casa desde hace dos días. Desde la fiesta.

Y aún recuerdo. Un paso, un instante.

- No, suéltame - dijo, y no respondí nada, mi mente se resistía a pensar.

Había cruzado el abismo.

Esto no es vivir, es apenas un instante fulminante.


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