martes, 28 de abril de 2009

Madrugada

Yo no sé qué hago despierto tan temprano; son apenas las 4 de la mañana y he vuelto a despertar invadido por una extraña asfixia. No importa qué día se trate, desde hace más de seis meses siempre he despertado de la misma manera: de golpe, percibo con los ojos abiertos la oscuridad y, lentamente, descubro que estoy en mi habitación.

 Generalmente me quedo dando vueltas en la cama.

En poco menos de dos horas sonará el despertador; yo, lo esperaré y ahogaré su alarma al primer intento.

Me gusta esta paz; fuera, no se oyen ruidos molestos y, haciendo un esfuerzo, se puede escuchar el viento, incluso se puede escuchar el caminar del sol rumbo al crepúsculo, aunque en realidad, debo confesar, prefiero mirar el ocaso y, más que mirarlo, percibirlo, sentir el chisporroteo de las últimas luces apagándose y luego la oscuridad y el desvanecimiento de los sonidos.

La habitación continúa negra, o con sombras, me ha costado un poco acostumbrarme a la luz del computador. A veces se oye el ruido que hacen las bocinas de los panaderos ¿tan temprano ya están en la calle?

No importa la hora que me recueste a dormir, siempre despierto demasiado temprano, ¿qué hago a esta hora de la madrugada? Supongo que los especialistas le llamarán insomnio, mal de ojo, embrujo o hechicería, no lo sé.

Las ventanas han clareado un poco, el frío se siente bien, me he quitado el alma para apreciar mejor la naturaleza ¿qué naturaleza puede haber a esta hora de la mañana?

Les voy a contar en lo que estoy pensando.

Pensaba en J., en cuanto la quiero y en cuanto haría por ella. Es porque J. es lo primero que aparece en las mañanas, J. es el insomnio y las madrugadas, J. es las mañanas frías, la luz del sol estrellándose en las ventanas, J. es el ocaso y la noche negra, J. es el olvido, J. es un hada azul de cabello naranja, las manos como cuchillos, J. es la muerte de mi alma.

¿Qué hago despierto a esta hora de la madrugada?, son apenas las cuatro, queda mucho por hacer.

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