martes, 29 de marzo de 2011

magia

la mujer lee recostada, apoyando la espalda en la barra transversal de la banca.

dejaba ver un poco el muslo, los curiosos se acercaban cuidados para no ser descubiertos.

yo había despertado en la banca de enfrente, luego de la fiesta de renato, el hombre pulpo, como lo llamábamos.

la mujer del vestido rojo cogía un libro que se notaba viejo por el lomo que parecía carcomido por el tiempo. sin embargo, la mujer del vestido rojo no se inmutaba con ningún ruido, ni los hombres que pasaban lento junto a ella para mirarle las piernas.

sentí náuseas, la fiesta de renato estuvo demasiado buena, de otra forma no habría despertado en el parque, atolondrado de frío.

entonces un hombre con corbata comienza hablar por celular, habla mucho pero dice poco, da vueltas en círculos
mientras alza la voz y hace gestos con la cara. enseguida descubro la verdad: también está mirando a la mujer de rojo, quien no hace ningún gesto ni se inmuta con la descarada mirada del hombre quien, ahora entiendo, voltea de rato en rato y mira a otro grupo de hombres, también con corbatas, quienes ríen solapadamente.

renato es una mierda, dejarme dormir en la calle con este frio que me va matar. tengo pereza de moverme.

el hombre de la corbata se ha sentado en la otra esquina de la banca y se apresta ha hablarle.

me duele la cabeza, no debería volver a tomar tequila en mi vida: una día despertaré en una zanja o en una acequia.

la mujer alza la mano sin quitar los ojos de las páginas del libro que lee tan concentradamente, levanta el dedo índice y lo pone en los labios del hombre de la corbata. y en un segundo, el hombre ya no está.

es magia pienso, pero prefiero cerrar los ojos y dormir un rato más. no permitiré que los gritos y la agitación me distraigan del descanso que necesito.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Duda


No comenzó dificil, sino al contrario, fue sencillícimo.
Fácil..., no.
Se fue haciendo complicado al pasar de los días; a medida que comenzamos a acercarnos, en realidad comenzábamos a alejarnos.
Habíamos iniciado un paseo sin retorno.
Como en las películas de suspenso: El protagonista y la prtagonista se dirigen al Motel donde se cubrirán de la lluvia, pero dentro está Jason, esperándoles con su sierra eléctrica.
¿Comenzamos a caminar juntos?
Gran pregunta, interesante pregunta.
Yo no tengo una respuesta, al menos no una respuesta clara y precisa, libre de toda duda.
Creo que solo perdíamos el tiempo juntos.
No.

domingo, 13 de marzo de 2011

luz

veo insectos que trepan por mis paredes.


también caminan por el suelo; al caminar, las aplasto y crujen debajo de mis pies descalzos


se meten por mi boca, mi nariz, mis ojos


deambulan por mis venas


veo la luz al final del túnel...

domingo, 27 de febrero de 2011

Arquinia

Este no es un lugar para estar, sino un lugar para extraviarse...

Aquella época, en un conciliábulo se decidió: en adelante sería de aquella forma, es decir, un lugar para extraviarse.

Otros demonios entraron, abrieron la puerta, treparon por la ventana, saltaron el muro, tumbaron los muros, y entraron; no había nadie esperándolos, excepto la voz que les nombraba "monstruos" y ellos respondían como si hubiesen sido tocados por un poder supremos. Y siguieron a la voz.

Le siguieron un tiempo breve, mejor dicho, le siguieron un tiempo que supusieron breve. Sin darse cuenta habían estado andando muy largo tiempo... el tiempo se había extendido tanto que ya no recordaban como había llegado a parar a aquel lugar, los demonios, en su desesperación, decidieron separarse, "así cubriremos más terreno".

Alguno siguió hacia el fondo de los mares. Otros demonios subieron a lo alto de las montañas. Otros tantos ese internaron en los bosques. Los más ambiciosos organizaron guerras. Otros más subieron al firmamento y decidieron ser invisibles, solo manifestarse como la lluvia, el viento, el invierno, las enfermedades, el movimiento de las hojas.

Para ellos había una raza malévola que se extendía por todas partes. Éstos, precisaron de los demonios para ejercer su poder sobre quienes se opusieran a sus deseos.

"Pero estamos aquí, algo debemos hacer", pensaban los demonios en su primera reunión luego de que se separaron, quién sabe desde cuando. Veían los rotos de los demás, y, notaban que no estaban todos los rostros que esperaban, suponían que faltaban rostros, pero ya no podían recordarlos, a otros tantos habían exterminado con sus guerra.

"Entonces, hágase nuestra voluntad", dijeron y al lugar sin nombre lo llamaron Arquinia, pues el sonido de aquella palabra les recordaba, vagamente, el lugar del que provenían.

Pero aquí siguen, aquí seguimos todos los demonios, inventando formas de atarnos al mundo, cuando en realidad ha sido creado para extraviarse.






jueves, 23 de diciembre de 2010

un dios

yo no rezo.
no rezo desde que tenía, quizá, once años...
pero no estoy muy seguro de ese recuerdo.
yo dormía en una cama cerca a la de mi padre
(quería irme a dormir a un cuarto yo solo)
lo escuchaba roncar y resoplar toda la madrugada
entonces me levantaba y le picaba con un dedo
"oye, date la vuelta, no estás respirando bien..."
le decía
él giraba "arf, urf, cof, cof..." y dejaba de hacer ruidos espantosos...
recuerdo una vez que mis padres se habían ido a una fiesta
así que durante la madrugada, y feliz de estar en solitario
desperté de improviso, y vi una bruja
estaba frente a mí, su cabello largo y negro, pequeñita y estática como una estatua
mirándome, aunque no veía sus ojos ni escuchaba sus palabras
sabía que estaba allí, mirándome y hablándome
entonces tragué aire "tengo que acercarme... ", pensé
pero no lo hice, no sé si por miedo o por otra razón
me quedé dormido
en la mañana me despertó el ronquido de mi padre
recordé a la bruja, giré la cabeza para mirar el lugar donde
la había visto...
descubrí la verdad:
una silla había sido utilizada para colgar ropas que,
en el misterio de la noche, la habían transformado en un ser
místico, capaz de prolongar su presencia al mundo real
a mi mundo.
una vecina contaba que a los niños que no se les bautiza los duendes se los llevan
yo ya había sido bautizado por lo que los duendes nunca me visitaron, ni me llevaron
a ningún lugar, ¡debí impedir aquel bautizo!
sin embargo, estaba bautizado y había tomado por costumbre rezar
subía a la habitación temprano esperando que mi padre no esté.
apagaba las luces y me disponía al borde de la cama...
generalmente me quedaba dormido; digo, no recuerdo que palabras salían por mi boca
o qué asuntos pedía se cumplan
quizá debí considerar la posibilidad de que los duendes me visiten
y me lleven
luego, un día, sin más, dejé de rezar.
ahora, estando cerca una fecha que se dice importante
me he propuesto inventarme un nuevo dios
uno que permita visitar a los duendes así no estés bautizado
un dios que dejé que las palabras que dicen las brujas las escuchemos

 

 

 

sábado, 11 de septiembre de 2010

El auto rojo

Debería dormir. Lo sé. Debería olvidar, pero ahí habita su desolado corazón blandiéndose impertérrito.


Esa noche no durmió, sino que deambuló por las habitaciones oscuras, esperando que amaneciera, ¡Dios mío!, cuánto espero poder ver el solo luego de abrir las cortinas. Al fin, los párpados le pesaban y su cuerpo se recomponía de las heridas. La extrañaba demasiado; era lo más absurdo que había sentido jamás.


Ysabel le había enviado una colorida carta donde le recordaba aquella vez cuando terminaron en el Salmo, un simpático y divertido hotel cerca al centro de la ciudad. Habían amanecido desnudos y felices aquella mañana del 5 de abril de 1999. Octavio lo recordaba con mucha claridad, había sido la ocasión en que se habían jurado demasiado amor entonces, con tanto amor, ¿cómo habían llegado al ahora?, ninguno lo sabía, ya que, como suele ocurrir con este tipo de aventuras, ninguno se había propuesto demasiado y "míralos hija, seis años de enamorados... Son tal para cual hija, qué envidia... ", lo eran.

Octavio se aventuraba a ser poético y practicaba frases empalagosas que Ysabel pensaba provenían de los efectos de alguna bebida exótica y, ciertamente, alguna vez le miró con cierto recelo o, más bien, cuidado porque no esperaba el afecto que él le profesaba. Y su pasatiempo favorito fue: comprar dos botellas de vino, subir hasta el departamento de él, y dejar que el alcohol haga el resto.


"Me amas porque soy una loca", había intentado Ysabel en ser tan extrañamente expresiva como lo era Octavio con ella; sin embargo, a él le parecía que Ysabel era de todo, menos loca, lo cual no significa que fuese una mujer ordinaria, no, de ninguna manera. Ysabel era un ser humano bondadoso, una dama cariñosa y dedicada, de las pocas que aún persisten en estos tiempos tan acelerados; aun así, Ysabel resultaba un poco falta de detalles: lo contrario a Octavio, quien, más que detalloso y romántico, era irreverente y espontaneo; en más de una ocasión la sorprendió con largos paseos inauditos, extenuantes e intersantes, con él había conocido lugares que jamás hubiese imaginado que exisitian, y no hablamos aquí de bellos lugares, no, sino de toda clase de lugares, desde las callejuelas del mismo centro de lima a las dos de la madrugada, hasta el horrible parque del amor en barrando, pasando por los cerros de comas, restaurantes caros en san isidro, la playa de ancón o la playa de asia o la parada... En fin. "a veces quisiera ser buena gente", le decía él, "pero solo puedo seguir siendo yo mismo", terminada, desconcertándola demasiado.


"Hay hija... ", comenzaba Rebeca, su mejor amiga, "ese chico no te conviene, es de lo peor, sino, míralo nomás, esa cara que tiene, y además a los sitos que te lleva, ay, no hija, no me parece ah, te estás metiendo en problemas por andar con él...", Ysabel refutaba diciendo que era un buen muchacho, que siempre le había tratado bien, que le quería mucho porque siempre se lo demostraba, con cada uno de esos extravagantes detalles que él cuidadosamente preparaba "hay querida, el amor te ha vuelto cojuda o qué... dime pues, qué significa eso que te dijo la otra vez, eso de ser buena gente.. ah!, ay amiga, el flaco ese, oculta algo raro, no te fíes mucho de él, yo sé lo que te digo, por algo soy tu mejor amiga".


El trece de abril era su aniversario. El mes anterior no lo habían celebrado por diversos motivos, trabajo y otros compromisos que no pudieron eludir. Festejaban su primer encuentro en el Salmo. Cierto es que no había ocurrido nada que cualquier pareja hiciese a la dichosa edad de veintisiete años (ella) y veintisiete y medio (él). El mundo se abría delante de ellos magníficamente. Sin embargo, no se vaya a creer que todo era felicidad para la joven pareja de quienes ahora hablamos sin reparos. No. También había peleas, nada trascendental, les diré, pues de otra forma no habría nada que contar. Octavio le era fiel, más por indiferencia que por falta oportunidad, es decir, como todo buen macho latino (y eso de macho latino es una exageración, ya que los machos latinos no existen) podía haber salido con alguna de sus amigas, si así lo hubiese querido pero, como ya dijimos, Octavio era un tipo tan desinteresando de toda vida común y cotidiana; así, en lugar de salir un bar, a una discoteca o de patota con sus amigotes, prefería divagar, abstraerse y perder el tiempo con su amada Ysabel. Y así fue, ella confiaba en él, no ciegamente, sería insensato creerlo.


Además, los errores suelen ocurrir, lo mismo que los malos entendidos; "quién esa chica" le preguntó ella de sopetón, a lo que él respondió con la peor de las respuestas: "¿cuál chica...?", "no te hagas pues, la chica esa...", aun sorprendido y estúpidamente, Octavio volvió a interrogar: "¿quién...?". Es allí cuando los hombres reaccionamos, cuando es demasiado tarde, cuando nuestra adorada alma gemela es presa de quién sabe qué y te increpa quién sabe qué cosa. Y discutieron, él tratando de hablar, ella arremetiendo "no me mientas ah", "¿seguro?", "ya, ahora dime la verdad...". Luego de todo, las cosas se aclararon, pero al momento no había forma de hacerle entender que la persona de quien hablaban era la jefa de Octavio.


“León”, le decía ella a él; “leona”, le decía él a ella; “leoncito”, apuntaba con cariño, “mi leoncito”, y le acariciaba y se abrazaban, y se besaban, claro está, con pasión desmedida, y frente a mí, lo cual toleraba poco a falta de novia o amiga cariñosa. Diríase que Romeo y Julieta tenían poco que envidiarles.


El interior del auto olía mal. Un tío me había pedido el favor de transportarle mercadería; no era mucha la mercadería pero quitar el olor resultó muy difícil y, pese a los aromatizantes aun persistía, “ta mare George, limpia pe varón”, bromeaba Octavio desde el asiento trasero, a su lado Ysabel se doblaba de la risa, y de vergüenza ajena. “carajo, deja manejar oe”, le respondí, “y encima un carro rojo, carro de brócoli te compras”. Estábamos a solo diez minutos de nuestro destino, el auto avanzaba veloz y firme por la avenida, no había mucho tráfico. Octavio e Ysabel estaban un poco picados por el vino, pero felices, los veía por el retrovisor “ay George, no le hagas caso...” y luego se besan.


Y, como en las películas, no sé de dónde apareció o si realmente algo apareció, fue como si de pronto la velocidad dejará de existir, y el tiempo comenzará a dar brincos, como si no siguiera una trayectoria lineal, sino a los lados, luego hacia adelante, luego hacía atrás, incluso los sonidos dejaron de percibirse. Quedamos incrustados debajo de un camión que transportaba cemento para construcción; varios bomberos nos retiraron de debajo de los fierros retorcidos. Ysabel se llevó la peor parte. Octavio salió ileso y yo, demasiadas cortadas y contusiones.


Hace dos meses fue la última vez que vi a Octavio. La extraña demasiado, debería dormir, lo sé. Ahora comprendo que hay culpas que nunca deben olvidarse.

viernes, 23 de julio de 2010

domingo, 18 de julio de 2010

hola

... 2.30

lograba distraerse a duras penas, aunque por algunos instantes separaba la cabeza del cuerpo y se dejaba volar por los techos.

era divertido verlo saltar por la ventana todos los días a la misma hora incierta.

en otras ocasiones prefería escribir cuentos que luego predía fuego para esconder todos sus secretos. Sabía muy bien como hacerlo.

Comenzaba pensando en colores, luego caminaba por varias calles y en una de esas, en cualquiera, decidía que le gustaba hacer, e iba de regreso.

aunque en realidad nunca regresó, sus pensamientos siempre fueron caóticos y nosotros nos divertíamos viéndole.

jueves, 1 de julio de 2010

volver

de repente no tengo nada que decir y ello es un asunto serio.

había estado rondando por la habitación, di miles de vueltas, una y otra vez hasta que los pies comenzaron a dolerme: solo puedo pensar en J.

en todo momento.

y, de repente un ruido atrajo mi atención. miré por la ventana. la mujer que usa un bastón caminaba sin el, es decir, no solamente caminaba: flotaba.

¿se habrá muerto?

flotaba, lo juro, se acercó a una puerta y la vi cruzar (en J.) pero no salir por el otro lado.

¿quizá ya no vive aquí desde hace mucho tiempo?, ¿quizá ... ?

a veces las asuntos de este mundo se presentan tan inesperados que es necesario tomar en cuenta tantos factores para deshacerse de ellos que uno termina ocupando todo el tiempo en solo diseñar una postura correcta.

pero es mentira ese postulado. siempre hay alguien que sabe mentir mejor que otros y eso complica aun más el asunto.

seguí dando vueltas a la habitación hasta que un día ya no tenía piernas, era solo mi cabeza rodando.

pienso que algún día ni siquiera eso quedará.

disculpe señora, ¿usted volverá ... ?





lunes, 31 de mayo de 2010

confia en mí

es una noche de tragedia, dijo. yo le escuchaba. es una noche de mierda, sentenció. dio la vuelta. despareció. la noche se la tragó. era una noche muy oscura. recuerdo que por aquellos días habían muchos apagones; nosotros, aun niños, jugábamos a las escondidas.

entonces Hella apareció, la única persona a quien admiraba en este mundo, yo le miraba desde mi escondite, intentaba respirar lo menos posible, moverme lo menos posible, de ello dependía mi supervivencia. y cuando dio la vuelta y desaparecía, alcancé a escucharle "confía en mi" dijo. y la noche se la tragó.

martes, 18 de mayo de 2010

poema

yo no puedo morir
por mucho que lo he intentando
y
apenas se asoma la mañana
comienza la impresión de estar en otro día


yo no puedo vivir
como los hombres mortales
y
quizá cuando emergen los días
uno detrás de otro
comienza el terrible deseo de deshacerse

martes, 27 de abril de 2010

Ella

además

está tu silencio

y, además

no importa

ni el abismo que nos separa

ni esta tierra de fuego

ni la siguiente incierta noche,

importa un poco

mi corazón de pájaro

 

Había tomado por costumbre hablar sola; contaba historias bellas e indescifrables, ¿quién tendría tiempo de escucharle, o paciencia, o poca sangre en el rostro para insinuarle alguna razón para la cordura?. No, no había porque escucharla. Y lo que más asombro causaba era verla allí todos los días, a la misma hora, justo antes de las diez de la noche, cuando los Comunes se han refugiado en sus guaridas, Hella salía de su escondrijo: primero se asomaban sus dedos largos y huesudos, luego aparecían sus cabellos desordenados y sucios; de pronto, ella aparecía completa, su cuerpo curvado y sus piernas flaquísimas, entonces, desde detrás de su alborotada cabellera refulgían sus ojos; eran ojos bellísimos, azules como el cielo limpio en una bella tarde de verano. Y nadie comprendía de dónde provenían sus palabras.

Y le gritábamos.

¡Bruja!

Y le lanzábamos piedras y Hella, imperturbable solo nos regalaba una mirada celeste. Entonces abría la boca.
 
 

en este mundo

solo habitan

los responsables de la ira

y como la melodía de una lira,

se esparce mi alma

y se arrastra mi corazón
 
 
 

¡Bruja!, le gritábamos con ira. Con miedo.

Hella apenas si se detenía para observarnos, siempre con la mayor de las indiferencias, siempre con su mirada pura. Siempre hablando sola.

Le esperábamos hasta que nuestras madres nos llamabas. Había que ir a la escuela a la mañana siguiente.

Existen días en los que duermo pensando en Hella.

Hella por todas partes, su voz cavernosa y tosca, sus ojos purísimos como el sueño más hermoso que cualquiera podría recordar, y sus palabras.

Miles de palabras salían por su boca pues había tomado la costumbre de hablar sola.

domingo, 18 de abril de 2010

orilla

qué nos aparta del mundo de nuestras vidas

decepciones y amores delirantes,

qué nos espera en el oceáno interminable

oscuro paraíso de sangre

y arriba en los cielos

la eternidad de saberse ángel

y en el bosque, el lunimoso árbol de la sabiduría

y en otros lados

bajo la cama, encerrado en el tiempo

los ojos vendados

las manos cercenadas, los pies de plomo

el sexo seco como el desierto

y la melodía del invierno

ardiente,

agua ardiente

martes, 30 de marzo de 2010

algo suelto

en realidad nunca he estado vivo
veo fantasmas trepar por mi cuerpo
alimañas ingenueas que piensan encontrarán
un corazón radiante
pero la realidad es otra cosa
algo un poco más ruinoso

a veces he estado vivo
un poco como cuando se desea dormir y no es posible
abrir las cortinas, dejar entrar la luz
amanecer con los nervios alterados
dibujar textos sin sombra
y un poco con candor

pero quizá estoy muerto
enterrado en la arena de una playa,
junto a un un castillo

domingo, 14 de marzo de 2010

Oraciones y deseos

No seré yo, sino lo que tus oraciones dicten.
    Te buscaré con los pensamientos hasta el confín del mundo, volaré sobre los abismos que me habitan, navegaré por el negro universo y cruzaré las puertas de las constelaciones; entraré por tu ventana y te veré dormir. Allí, de pie, recitaré poemas y canciones que bendigan tus sueños, seré lo que tus oraciones digan.

    Luego, en la frontera del mundo estaremos juntos, como dos ángeles del ocaso nos veremos, allí nuestros cuerpos serán uno solo y con nuestras alas nos elevaremos por encima de las nubes y silbaremos una melodía que solo nuestros corazones conocen y la vida valdrá lo que siempre ha valido: un instante.

    Entre un suspiro y un parpadeo seremos el fuego y el demonio sentirá celos de nuestro amor, nos convertiremos en seres celestes, en monstruos marinos, almas en pena; tú serás un hada, yo un astro, tu una estrella brillante, yo tu sombra.

    Y, en seguida, en solo milenios o segundos, miraremos las ruinas de nuestro pasado, renaceremos como las constelaciones y brillaremos en las noches más negra, guiaremos a los navegantes, enseñaremos el arte y la historia al mundo, inventaremos cuentos y leyendas, canciones y poemas, crearemos universos enteros donde habitarán todos los dioses y su corte de ángeles: tus oraciones dictarán mi ser.

    Y entre un suspiro y un parpadeo, los hombres y todos sus inventos y su imaginación nos recordarán, escribirán nuestra historia en canciones y en poemas. Ya nada será incierto, cubriremos los abismos con nuestro único cuerpo y volaremos hacia las estrellas, pero tú serás una estrella y yo tu sombra: seré lo tus oraciones me dicten.

    El silencio estará cubierto con melodías bellas y nosotros seremos seres celestes, animales marinos, almas radiantes y crearemos el universo, tú serás el ocaso que besa suavemente el océano y yo te contemplaré despertar y anochecer. Será nuestro nuevo universo, serás la lluvia de la cual nos cobijaremos, los árboles de los bosques, todas las aves del mundo, serás todo lo que cabe en los pensamientos y a la velocidad de los deseos beberemos del pozo de los sueños. Ya nunca despertaremos.



    ......

    Dedicado a J.

miércoles, 24 de febrero de 2010

interpretaciones

Por qué cuándo busco no encuentro las palabras que necesito.

Sin embargo, todas ellas me agobian y me llenan el corazón y el alma con promesas e ilusiones.

Y cuando las busco no están, en ninguna parte están, y sin embargo sé que deben estar allí.

Es el encuentro inesperado con la soledad.

¿Aquella pueda aplacarse?

Lo he intentado decenas de veces, y en cada cual lo he intentado con mayor entusiasmo, con mayor vehemencia.

Y después de todo, el silencio; el indomable silencio una y otra vez rondándome.

miércoles, 10 de febrero de 2010

hombres y destellos

hoy es un bello día para el colapso
el día perfecto para dejarse aplastar por el pesar.

hoy es una bella noche para el sigiloso delirio
de los pensamientos.

y de los recuerdos y remordimientos

y aunque aveces quisiera ser un hombre, solo un ser humano
solo se que
los dioses no morimos en días como éstos,
en noches como éstas es cuando el licor
nos dicta las palabras que nos son esquivas
y el corazón enfermo se apiada de nuestra dolorosa
alma, de nuestra catarsis

hoy será un día bello para el colapso
una noche hermosas para los recuerdos punzantes
y las grietas de nuestra alma contarán su verdad

hoy es la noche de los suspiros,
de los gatos apareandose en el tejado

hoy es un día interminable para los que
elegimos la voz de los tullidos
y aunque aveces, solo aveces
quisiera ser un hombre, uno más, uno cualquiera,
hablar, por ejemplo, de aves cantoras,
de flores que florecen
del interminable cielo azul
¡no!
los dioses no morimos en noches como éstas,
nos sentamos a contemplar el mundo extinguirse
solo para inventarlo nuevamente
porque asi hemos aprendido de los mudos:
gritar es en vano
el silencio es nuestro aliado
los pensamientos nuestra prisión
las caricias un pecado

asi aprendemos de las guerras,
de los encuentro fortuitos con
las musas que nos dejarán el alma
carbonizada.

hoy es un día bello para vaciar de las venas
la sangre y llenarlas con el veneno de las noches
y de los pesares y del corazón de helecho
y del cuerpo como una planta carnvora;
porque asi aprendimos: que la la muerte es un largo sueño
del que volveremos triunfantes
y dignos

hoy es una bella noche para la obstinación,
es un día perfecto para amar descontroladamente,
una tarde, una estación del día para abandonarse
y ser lo que somos
apenas hombres minúsculos.

lunes, 8 de febrero de 2010

magos

no hay ojos que no me miren,
ni manos que me desvistan.

no hay besos alborotados en el callejón,
mi magos desdibujados en las paredes.

no hay voces aplastadas en la noche,
ni pies quebrados de polvo perverso.

no hay oscuridad alborotando los caminos,
ni oceanos bañados en sangre.

no hay historias ruidosas que me puedas contar,
ni recuerdos con títulos de propiedad.

no hay magos de especie desconocida,
ni secretos que su magia invente.

martes, 2 de febrero de 2010

nada

(algo me atormenta hasta el punto de apretarme la garganta y ahogar mis palabras, mi voz se desvanece)